No conviene a la Iglesia Católica el culto a los Santos

1- Que es Idolatría

Jeremías 7:18

18 Los hijos recogen leña, los padres prenden fuego, las mujeres amasan para hacer tortas a la Reina de los Cielos, y se liba en honor de otros dioses para exasperarme.

Colosenses 3:5-8

5 Por tanto, mortificad vuestros miembros terrenos: fornicación, impureza, pasiones, malos deseos y la codicia, que es una idolatría,

6 todo lo cual atrae la cólera de Dios sobre los rebeldes,

7 y que también vosotros practicasteis en otro tiempo, cuando vivíais entre ellas.

Efesios 5:3-5

3 La fornicación, y toda impureza o codicia, ni siquiera se mencione entre vosotros, como conviene a los santos.

4 Lo mismo de la grosería, las necedades o las chocarrerías, cosas que no están bien; sino más bien, acciones de gracias.

5 Porque tened entendido que ningún fornicario o impuro o codicioso - que es ser idólatra - participará en la herencia del Reino de Cristo y de Dios.

2- Inicio de la Idolatría

Sabiduría 14:12-20

12 La invención de los ídolos fue el principio de la fornicación; su descubrimiento, la corrupción de la vida.

13 No los hubo al principio ni siempre existirán;

14 por la vanidad de los hombres entraron en el mundo y, por eso, está decidido su rápido fin.

15 Un padre atribulado por un luto prematuro encarga una imagen del hijo malogrado; al hombre muerto de ayer, hoy como un dios le venera y transmite a los suyos misterios y ritos.

16 Luego, la impía costumbre, afianzada con el tiempo, se acata como ley.

17 También por decretos de los soberanos recibían culto las estatuas. Unos hombres que, por vivir apartados, no les podían honrar en persona, representaron su lejana figura encargando una imagen, reflejo del rey venerado; así lisonjearían con su celo al ausente como si presente se hallara.

18 A extender este culto contribuyó la ambición del artista y arrastró incluso a quienes nada del rey sabían;

19 pues deseoso, sin duda, de complacer al soberano, alteró con su arte la semejanza para que saliese más bella,

20 y la muchedumbre seducida por el encanto de la obra, al que poco antes como hombre honraba, le consideró ya objeto de adoración.

4- Reconocer lo que viene del Espíritu Santo por los frutos

Mateo 7:15-20

15 «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?

17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.

18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos.

19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego.

20 Así que por sus frutos los reconoceréis.

5- No poner piedras de tropiezo

Marcos 9:43-48

43 Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga.

45 Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna.

47 Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna,

48 donde = su gusano no muere y el fuego no se apaga; =

6- Gozar de buena reputacion

1 Timoteo 3:7

7 Es necesario también que tenga buena fama entre los de fuera, para que no caiga en descrédito y en las redes del Diablo.

1 Pedro 2:12

12 Tened en medio de los gentiles una conducta ejemplar a fin de que, en lo mismo que os calumnian como malhechores, a la vista de vuestras buenas obras den gloria a Dios en el día de la Visita.

Hechos 6:3

3 Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo;

7- No dividir la Iglesia

Romanos 16:17

17 Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos,

1 1 Corintios 1:10-13

10 Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio.